Forma de Infección de los Virus
Existen dos grandes clases de contagio. En la primera, el
usuario, en un momento dado, ejecuta o acepta de forma inadvertida la
instalación del virus. En la segunda, el programa malicioso actúa replicándose
a través de las redes. En este caso se habla de gusanos.
En cualquiera de los dos casos, el sistema operativo
infectado comienza a sufrir una serie de comportamientos anómalos o
imprevistos. Dichos comportamientos pueden dar una pista del problema y
permitir la recuperación del mismo.
Dentro de las contaminaciones más frecuentes por interacción
del usuario están las siguientes:
- Mensajes
que ejecutan automáticamente programas (como el programa de correo que
abre directamente un archivo adjunto).
- Ingeniería
social, mensajes como ejecute este programa y gane un premio,
o, más comúnmente: Haz 2 clics y gana 2 tonos para móvil gratis.
- Entrada
de información en discos de otros usuarios infectados.
- Instalación
de software modificado o de dudosa procedencia.
En el sistema Windows puede darse el caso de que el
ordenador pueda infectarse sin ningún tipo de intervención del usuario
(versiones Windows 2000, XP y Server 2003) por virus como Blaster, Sasser y sus
variantes por el simple hecho de estar la máquina conectada a una red o a
Internet. Este tipo de virus aprovechan una vulnerabilidad de desbordamiento de
búfer y puertos de red para infiltrarse y contagiar el equipo, causar
inestabilidad en el sistema, mostrar mensajes de error, reenviarse a otras
máquinas mediante la red local o Internet y hasta reiniciar el sistema, entre
otros daños. En las últimas versiones de Windows 2000, XP y Server 2003 se ha
corregido este problema en su mayoría.
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